Hace mucho tiempo que no me encuentro con una actividad tan absurda e interesante como la que ha propuesto la Escuela de Escritores de Madrid. Se trata simplemente de elegir la palabra más bella. La votación queda abierta a todo el mundo que desee participar – ¿saben lo que significa?- (<a href=»http://www.escueladeescritores.com/»>www.escueladeescritores.com</a>). </p>
<p>Aunque este tipo de encuesta pueda parecer estúpida, no nos cabe la menor duda de que no solo lo parece sino que lo es, sin embargo tampoco dudamos de que es un ejercicio más que interesante, una reflexión que puede resultar enriquecedora. </p>
<p>Hay, por lo menos, dos puntos de vista para la elección: el de las élites intelectuales de nuestro país y como Zapatero o Rajoy y el del resto de los mortales. La elección de los primeros es totalmente sincera, sin ningún tipo de fin extraño y misterioso; así, ZP ha escogido “generosidad†ya que “el ser humano es dar para recibirâ€Â, quizá por eso legalizó los matrimonios homosexuales, y Míster Rajoy “palabra†(qué original) por ser símbolo de confianzaâ€Â, aunque mejor hubiera debido elegir discrepancia por ser su modus vivendi. </p>
<p>El punto de vista del resto de los mortales se puede dividir en varios sectores. Uno de ellos, el que más nos interesa, es el de los escritores como Javier Marías cuya elección es “nauseabundo†porque dice que es “muy sonora y rotunda, además de tener la suficiente longitud. Es una palabra que se amolda y se acopla muy bien a lo que denominaâ€Â. </p>
<p>A muchos escritores se les olvida este aspecto; un poema, una novela, un cuento, …, pueden ser perfectos técnicamente, al igual que una película, un cuadro o cualquier manifestación artística, no obstante eso no significa que ni sea de calidad ni que se trate de una obra maestra. Por muchas vueltas que se le dé, la técnica sola no basta, se necesita del poder evocador de la palabra, de conseguir conmover, llegar a las entrañas del lector. En literatura la elección de cada palabra es decisiva, no sólo cuenta su significado o lo que representa sino lo que evoca, lo que sugiere y cómo lo hace. La literatura es una melodía cuyas notas son las palabras, suave unas veces, trepidante otras, deben crear una atmósfera, ser un cuadro fiel, una pintura animada en la imaginación del lector cuyo fondo se colorea y recrea junto a una banda sonora que nos debe acompañar, con un ritmo que nos debe conducir no sólo a través del texto sino llevarnos más allá, a todos aquellos lugares que son indescriptibles, a todos los mundos que están vetados a lo material. </p>
<p>Una palabra no es simplemente una forma y un significado, en literatura hay que transformarlas, esculpir el puzzle en el que cada pieza es imprescindible para que sea completo, no basta con que encajen todas sino que a la vez tienen que mostrarnos la escena, evocar, sugerir, transportarnos a un mundo personal y único, al mundo del Arte. </p>
<p>En literatura ninguna palabra debe ser cotidiana, deben ser únicas e irrepetibles; las cualidades que poseen se extreman para darlo todo, las palabras son generosas para el que sabe utilizarlas. </p>
<p>El papel en blanco al que se enfrenta el escritor no se rellena sólo con garabatos, el problema del escritor no es pintar sobre ese papel sino decorarlo, convertir ese folio en el sentido de su existencia, perder parte de su vida al vaciarse en él. El lector debe intentar compartir esa vida, tiene la obligación de entrar en ella, simpatizar con una existencia, participar en un mundo que tan solo puede ser maravilloso.
Palabras
Paul Bitternut
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