[…] ha acordado otorgar el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2007 a Robert Allen Zimmerman, Bob Dylan, mito viviente en la historia de la música popular y faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo. Austero en las formas y profundo en los mensajes, Dylan conjuga la canción y la poesía en una obra que crea escuela y determina la educación sentimental de muchos millones de personas.
Por ello mismo, es fiel reflejo del espíritu de una época que busca respuestas en el viento para los deseos que habitan en el corazón de los seres humanos.
Acta del jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Escribir un artículo sobre Bob Dylan, del que hay tanto que decir, se vuelve algo imposible e incluso absurdo después de leer el acta del jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Artes, incluso me quedaría con apenas unas palabras: Austero en las formas y profundo en los mensajes. Creo que la primera canción de Dylan que me enganchó fue Blowin’ in the Wind, posiblemente uno de los temas más simples en cuanto a forma de la historia de la música, y sin embargo es escalofriante –en el fondo, lo que prima de las formas es un uso brillante de los recursos más que los recursos en sí-.
Es innegable que el tópico más que trillado de mito viviente, hipérbole que suele ser un método de adulación, encuentra en Bob Dylan el colmo de su razón de ser. Canciones como Like a Rolling Stone, una de las más influyentes de su repertorio, la antes mencionada Blowin’ in the Wind, referencia para la canción protesta, o la que más versiones ha dado, Knocking on Heaven’s Door, ocupan un lugar importante en la historia de la música, no sólo por haber entrado en millones de hogares, sino porque suponen más que una influencia: son una parte muy importante la base del pop-rock y la música de autor.
Be First to Comment