Soy andaluza, y me hierve la sangre cuando me encuentro con
quien menosprecia y se ríe de mi forma de hablar, en esas ocasiones suelo
recordar una frase que le escuché a un respetable defensor del andaluz, José
María Pérez Orozco, catedrático de lengua y literatura Española, decía así:
“Solo su
ignorancia es mayor que su descortesía”
Y la dijo en una conversación en la que unas periodistas llamaron
vulgarismo al “manque” (arcaísmo del español) utilizado en el himno del Betis.
Hay rasgos fonéticos andaluces considerados del habla
culta, y los hay que pertenecen al habla coloquial, por eso, en el léxico
andaluz encontraremos unos andalucismos aceptados por la RAE y otros no, pero…
no me seas cansino y malaje, piensa que Andalucía es especialista en conservar
arcaísmos del castellano antiguo, los cuales, muchos ignorantes confunden con
vulgarismos.
Los falsos vulgarismos son producto de la manipulación
cultural que se padece en Andalucía y también en España, haciendo creer que el
andaluz es un español mal hablado.
La televisión es en gran parte responsable de haber creado
el mito del andaluz inculto y graciosillo.
Los
andaluces debemos vencer nuestro complejo de inferioridad lingüística, ya
que el andaluz no es un castellano degradado, ni nos comemos las palabras, en
realidad se trata de economía lingüística, porque el andaluz es un castellano
evolucionado que siguió las tendencias iniciadas por las lenguas romances al
separarse del latín, “El Andaluz dice
más con menos”. Debemos sentirnos orgullosos, ya que hemos heredado una
gran riqueza léxica.
Los distintos pueblos que han pasado por Andalucía a lo
largo de la historia, han ido dejando huella en el andaluz: mozarabismos,
arabismos, leonesismos, portuguesismos…, de ahí que la pluralidad de hablas en
el andaluz es inmensa, variando de unas zonas a otras según quienes las
conquistaron.
El habla andaluza con un ritmo entonativo más rápido y
variado, presenta unas características muy distintas del castellano:
- El seseo.
- El ceceo.
- El yeísmo.
- La pronunciación abierta de las vocales.
- Aspiración y pérdida de sonidos.
- Neutralización l/r.
Estas son las características más llamativas, ya que es
imposible resumir en un solo artículo el gran tesoro léxico que encierra el
andaluz.
Por lo
tanto yo no hablo un mal español, sino un perfecto andaluz.
El encanto que tiene esa forma de hablar y el ritmo de alegría que lleva incluido es lo que a mí particularmente me gusta más.
Un enorme abrazo.
Muchas gracias Esperanza, eres un encanto.