En estos días de confinamiento han surgido varias canciones como himnos del momento. Canciones que nos unen y que nos recuerdan que juntos podemos seguir hacia adelante. Sin duda, la que más está sonando en los balcones de nuestro país es el «Resistiré». Día tras día, a las ocho de la tarde, salimos a las terrazas para homenajear a nuestros sanitarios, policías, bomberos, trabajadores de supermercados y todo aquel que está ahí, en primera fila. Momentos de fuerza, nostalgia y un canto a la libertad, como lo es el «Nabucco», de Giuseppe Verdi.
«Va, pensiero» es el coro del tercer acto de esta ópera, una de las más importantes del compositor. Se canta la historia del exilio hebreo en Babilonia, tras la pérdida del primer templo en Jerusalén. El exilio, la nostalgia, todos los corazones unidos, mirando hacia un mismo lado, cantando al unísono la famosa melodía. Todos deseamos volver a nuestra vida cotidiana, a nuestras costumbres, a nuestro día a día. Deseamos volver a ser libres. Para ello nos apoyamos los unos a los otros en esa necesidad de saber que todos estamos sintiendo lo mismo, que todos estamos en el mismo barco.
La música no es casual. Verdi sabía que si todo el coro cantaba la misma melodía, las distintas voces unidas en el mismo sentimiento, sería más fácil de memorizar por aquel que la escuchara. La empatía y el sentido de la lucha es innato en el ser humano. No importa lo que sintamos de manera individual, cuando algo afecta a un pueblo entero, dejamos de comportarnos como entes independientes para agruparnos y conseguir mayor repercusión. Supervivencia. Las frases se tensan y resuelven en una pregunta-respuesta que hace que la memorización sea más fácil. Cuando todos han cantado esa melodía y en la letra se menciona el arpa, de una manera inteligente, las voces se separan como si de esas cuerdas se tratasen. El silencio de este instrumento mencionado en la letra se refuerza con un descenso de la intensidad musical a pianissimo. Una vez más, música y texto se apoyan el uno al otro para que todo esté desarrollado con la mayor precisión y coherencia posible. Un flautín recorre un camino de notas que suben y bajan emulando el arpa. El momento cumbre camina entre notas que se elevan en cromatismos, avisando del gran momento, hacia la melodía inicial.
Majestuosa obra del compositor italiano uniendo el arte, el sentimiento y la inteligencia. Sin duda, un himno para todo un pueblo.
Hasta la próxima.
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